Google
 

junio 02, 2009

Historia de una tarde cualquiera

Iba el señor J. a la compra con su carro cuando vio un pequeño gatito acurrucadito en el portal de al lado de su casa. Era una bolita de pelo largo con un ojito malo y pinta de asustado. El señor J. subió corriendo a casa a buscar a la señora M. y bajaron a ver al minino (pensando que ya se habría ido). Pero no, el pequeñín seguía en el mismo sitio.

Y si, como os imaginais... subimos el gatito a casa, le limpiamos el ojo, le dimos comida, agua y una cama calentita (eso si con toooodas las precauciones del mundo por temor a que le pegue algo a Emule). Y esta mañana ya no tenía tanto miedo e incluso se ha tumbado para que le rascara la pancita y ha ronroneado.
Hoy va al veterinario, a ver que nos dice.Aún no sabemos que haremos con el gato, si está sano o no, si nos lo quedaremos o no. Hay que pensar todo muy bien.
Y ya se que algunos pensareis que es un poco locura, pero yo viendo esta cosita era incapaz de dejarlo solo en la calle. Ya os contaré como acaba la historia...



Nota: la cara está tapada para que no le veais el ojo pocho

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Messenger" ya está aquiiiiii....Aunque siempre me gustó el nombre de Velcro!!!!parece guapo guapo.

María dijo...

No adelantes acontecimientos... Ya te contaré